jueves, 15 de octubre de 2009

La Borinqueña

Esta poesía despierta la lucha por la libertad y la independencia absoluta de nuestra patria. Es un llamado patriótico a los ciudadanos a que despierten de una vez y por todas. Que se unan y recopilen todos los recursos disponibles para romper con las cadenas de una vez y por todas. Si durante el grito de Lares no se pudo lograr, ahora es nuestra oportunidad. Exalta la intolerancia ante el yugo que ha sido impuesto por tantos años. Solo a través de la libertad podremos cantar “La Borinqueña” en paz. Entonces hondará nuestra bandera por todos los picos de las montañas de nuestra isla. Lola nos presenta el resurgir del patriotismo en su máximo esplendor. Para obtener la libertad de la patria hay que luchar. Y solo unidos como puertorriqueños podremos lograrlo. Todos debemos despertar antes de que sea muy tarde. Si Cuba logró su independencia alzando sus machetes, por qué no podemos los puertorriqueños lograr lo mismo. La pobre Lola nunca vió su sueño realidad.

El Ruiseñor

Francisco Gonzalo hace referencia a la libertad de Puerto Rico a través del ruiseñor. Mientras el ruiseñor es libre, nos deleita con su presencia y su canto. Al ponerlo en una jaula, restringimos su libertad y se muere de rabia por escapar y recuperar esa esencia que solo puede obtener y legitimizar siendo libre, sin restricciones e imposiciones. El autor incita al puertorriqueño a auto evaluarse y examinarse. A determinar si está dispuesto a vivir enjaulado y encarcelado por el resto de su vida. Lo invita a despertar y recapacitar para entonces optar por la rebelión si fuera necesario.

Hay que reflexionar para darse cuenta que hay que sentirse enjaulado para morir de rabia. Y esa rabia es la única que nos puede alentar a tomar la decisión de basta ya. Es a través del reflejo de nuestro ruiseñor enjaulado que podemos añorar y luchar por nuestra libertad. Al autor solo le falta gritar “viva Puerto Rico libre”.

A Puerto Rico (Regreso)

Este poema es muy parecido al de Ausencia, solo que ahora se dislumbra el regreso a la patria añorada. Lo primero que se contempla al regresar son las características naturales de la isla ya antes mencionadas. Se destacan la bruma del mar, el cielo, las montañas, etc. Cuando el autor describe a San Juan cerrada en su blanco muro, me remonté inmediatamente a la canción “En mi Viejo San Juan”.

Un detalle que me pareció interesante es que el autor nos describe el panorama visual del regreso a la isla de acuerdo a los dos modos de transportación disponibles para regresar a ella. En la primera estrofa, el autor aparenta indicarnos que se está regresando por avión: “que entre nubes de carmín, del horizonte al confín, ya la tierra a ver se alcanza”. En la tercera estrofa, se está regresando por mar: “ya se va diafanizando de la mar la espesa bruma; el buque sigue avanzando, y va la tierra brotando como Venus de la espuma”.

El autor vuelve a recalcar lo importante que es dejar a la isla para poder compararla y extrañarla. Es esta comparación la que provoca esa llama intensa de ese amor romántico por la patria. Ese amor conlleva lágrimas, cantos y alabanzas, besos, inspiración, pensamientos, sentimientos profundos… En la patria siempre queda el alma y el corazón. Me encanta la expresión “la perla de las Antillas”. Es como si suponiera que aunque no sea la más extensa de las antillas en territorio, sin duda alguna es la más valiosa para el puertorriqueño que regresa a su isla.

A Puerto Rico (Ausencia)

En esta poesía romántica podemos apreciar el amor intenso hacia la patria. Resalta el hecho de que hay que estar lejos de la patria para poder verdaderamente apreciarla, extrañarla y añorarla. Mientras más lejos nos encontramos de ella, más deseamos estar en ella. Mientras más tiempo estamos fuera, más aprendemos a valorar a nuestra isla. A través de los cinco sentidos revivimos las experiencias únicas que solo podemos experimentar cuando estamos en su presencia. Y al no poder estar presente, utilizamos nuestras mentes para transportarnos a aquellas imágenes y vivencias que llevamos guardadas por siempre en el alma y en el corazón. El amor por nuestra patria es profundo, y al no poder estar ahí, hasta envidiamos a los que en ese momento tienen la dicha de disfrutarla.

Para mi ha sido muy interesante realizar que en esta poesía, al igual que en muchas otras dedicadas a Puerto Rico, no podía faltar la exaltación a la belleza del paisaje natural de nuestra isla. Siempre se hace referencia al mar y a sus playas, los palmares, las montañas, las colinas, las aves, etc. Cuando vivimos en climas fríos e inhóspitos es que realmente podemos apreciar lo que nos ofrece el paraíso tropical de nuestra hermosa isla.

El Puertorriqueño

En esta corta poesía Manuel Alonso nos describe lo que según el debe ser una buena copia del puertorriqueño. Esto es solo una versión de lo que podría ser la imagen de un puertorriqueño. Esta poesía hay que tomarla en cuenta desde el año en que fué escrita, de lo contrario no haría mucho sentido. El puertorriqueño ha cambiado drásticamente a través de todos los cambios políticos, históricos y sociales.

El autor incorpora tanto el aspecto físico como el de los valores de la personalidad puertorriqueña. Barba negra? Semblante pálido? Nariz proporcionada? Hoy en día ya son pocos los hombres que llevan barba, y los que tienen semblante pálido son la minoría. Y ni hablar de la nariz. ¿Qué significa proporcionada? Con todos los tipos de narices que hay aquí me parece difícil recalcar que todas las narices sean proporcionadas. En cuanto a humano, afable, justo y dadivoso, habría que examinar de lleno como han cambiado los valores puertorriqueños. En lo único que estoy de acuerdo es en que pienso que en general el puertorriqueño se siente muy orgulloso de su patria, disfruta la vida, y goza de los placeres cotidianos.

Ay ay ay de la grifa negra

En esta poesía Julia de Burgos nos presenta la evolución de la raza como identidad puertorriqueña. Primero nos presenta a la esclava africana como negra pura, y su identidad personal con esta raza. Describe la negrura como elemento físico plasmado en el pelo, los labios y la nariz, pero sobre todo en el color de la piel. Al principio nos muestra esa identidad negra que en sus comienzos era una raza pura.

También relaciona la raza negra con la esclavitud, vinculando a su abuelo como esclavo que fue literalmente vendido por dinero. Julia critica vehemente la esclavitud de una manera muy humana. Nos dice que si la raza negra hubiese sido la de los amos, se sentiría avergonzada y sin conciencia.

Luego nos muestra la evolución de la raza puertorriqueña a través de la historia, la fusión inevitable de la raza negra con la blanca: el mulato. Julia describe a la nueva raza como trigueña, que ha venido a ser la manera de describir a aquellos puertorriqueños que presentan ese fabuloso tono de piel que se encuentra en algún espectro de un arco iris con dos extremos: uno negro y uno blanco. Julia finalmente acepta la nueva raza y en esencia la exalta y la glorifica como la nueva realidad de América. Es como si nos señalara que ya se rompieron las barreras y no hay vuelta hacia atrás, que la fusión es inevitable, que ya es parte de nuestra realidad y de una nueva visión, que debemos aceptarla con alegría y orgullo, y que debemos divulgarla a los cuatro vientos. El anuncio es claro, ha nacido una nueva raza, y con ella nace el puertorriqueño. ¡Que viva Borinquen bella!

El Ahogamiento de Salcedo

Gonzalo Fernández nos presenta el personaje del indio taíno ante la colonización española. Los taínos creían que los españoles, por ser cristianos, eran inmortales. Tal era esa creencia que aún tres días después del ahogamiento del español Salcedo en el río, los indígenas todavía tenían esperanzas de que despertara. El cacique envió a uno de los suyos a ver si todavía se encontraba muerto. Vemos la incredibilidad del cacique ante tal acontecimiento. Como dice el dicho: “ver para creer”. Finalmente, el cacique tuvo que ir personalmente para confirmarlo. Aunque esta crónica data del mil quinientos algo, aún así me parece un poco fantasiosa. Puedo entender que los taínos no conocían otras razas de humanos hasta la colonización. Pero ellos conocían muy bien su mortalidad, y por lo tanto se me hace un poco difícil aceptar el que ellos no hayan podido asimilar la realidad de que los españoles, por ser humanos, eran tan mortales como ellos. Por otro lado, hay que entender que los taínos probablemente se encontraban sorprendidos ante los adelantos y los conocimientos que habían traído los españoles, y quizás por eso asumieron que eran inmortales. Se me hace muy difícil aceptar que el cristianismo haya sido la base para que los indígenas pensaran que los colonizadores eran inmortales. No debe haber sido fácil para los taínos aceptar el cristianismo después de una vida entera acostumbrados a alabar a múltiples dioses. Pienso que veían a los españoles como seres superiores por sus adelantos científicos y tecnológicos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Los puertorriqueños en Nueva York

El tema del racismo en contra de los inmigrantes en Estados Unidos (E.U.) no es un tema nuevo. Considero que E.U. es uno de los países más racistas del mundo. Allá el blanco y el negro siempre han estado separados. Y el que tenga aunque sea una gota de sangre negra, por minúscula que sea, es considerado negro. Lo que me parece extraño es la discriminación racial tan marcada entre los mismos puertorriqueños. Pero así es como no los cuenta Nicholasa. Que triste que siendo todos inmigrantes con una identidad cultural común, hayan tenido que pasar por semejante barbaridad. Nicholasa nos muestra la polarización en la identificación racial del puertorriqueño al llegar a un país con un historial racial tan diferente al de nosotros. Encontré interesante el hecho de que hubo 2 olas migratorias principales de puertorriqueños a Nueva York. Y más me sorprendió como los de la primera ola también discriminaron con los que llegaron después de la segunda Guerra Mundial. Es asombroso ver como los puertorriqueños en N.Y. pudieron finalmente vencer la discordia y lograron unirse para lograr una identidad común con la que se les catalogó en los 70’s como Nuyoricans.
Vemos el personaje del inmigrante puertorriqueño que ya habíamos visto en “Cuando era puertorriqueña”. El puertorriqueño pobre que se muda a Nueva York en busca de una mejor vida. Y según se van estableciendo en N.Y., otros familiares también deciden brincar el charco para unirse a sus amados. Nicholasa hace hincapié en la diferencia del puertorriqueño de la isla con el de N.Y. El Nuyorican ha creado su propia identidad que es distinta a la del puertorriqueño que nunca ha salido de la isla.
Hoy en día la situación en E.U. ha ido evolucionando poco a poco. Ya los latinos, los negros, y otras minorías no tienen la necesidad de promulgar tanto su visibilidad como antes. Esto es debido a que ya no son tan minoritarios como antes. Según las proyecciones demográficas, las minorías pasarán a ser la mayoría en E.U. Esta realidad es la que tiene a los blancos de E.U. histéricos y la que ha incitado en ellos una nueva ola de rechazo fulminante a la inmigración de ilegales a E.U., especialmente en contra de los mexicanos.

Lolo Manco

Al principio no comprendía como a una mujer llamada Dolores de repente se le presentaba como hombre a través de la lectura. Jamás hubiese pensado que un varón se pudiese llamar Dolores, o por lo menos nunca se lo hubiese puesto a un hijo mío. Y es que ese nombre me parece exclusivamente femenino. Que ignorancia la mía! Aparentemente, Dolores era un nombre común para un hombre de aquella época.
En este cuento de Edwin Figueroa vemos nuevamente la transición en Puerto Rico de una economía agrícola a una industrial. Y con este cambio tan drástico en la sociedad puertorriqueña surge la gran migración del campo a a la ciudad en busca de mejores oportunidades. Pero no todo es color de rosas y no todo lo que brilla es oro. Hubo muchos personajes como Lolo Manco, que en busca de la fortuna encontraron la desgracia. Era el comienzo de la industrialización. Y aunque en teoría los trabajadores tenían el potencial de ganar más dinero, todavía no existían los estándares de regulaciones laborales que promovieran la seguridad del empleado en las fábricas. Los trabajadores eran explotados al máximo. El objetivo de las fábricas era sacarle el mayor rendimiento posible a cada empleado, sin importar las consecuencias. En la mente de los empresarios industriales, detrás de cada Lolo Manco habían 10 hombres más esperando ansiosamente por ocupar su puesto. Y Lolo Manco debería considerarse muy dichoso de haber perdido solamente un brazo. Son muchos los obreros que no solo perdieron sus brazos, sino sus vidas.
La migración del campo a la ciudad sugirió un gran cambio en el ritmo de vida. Es evidente como Lolo tuvo que desarrollar una rapidez asombrosa para poder adaptarse y sobrevivir en el nuevo ambiente de la vida agitada de la ciudad. La lentitud y la parcimonia se quedaron atrás en las haciendas tabacaleras. También vemos como el obrero tiene que acoplarse a condiciones de vida más restringidas. Esto es evidente cuando Lolo tiene que compartir un espacio muy pequeño en la casa de su tía. Ya no cuenta con la amplitud que le proporcionaba el campo y en su nueva casa de la ciudad no tiene ni espacio ni privacidad. Esta es una característica muy típica de esa época de migración puertorriqueña del campo a la ciudad. Siempre estaban los pioneros, luego los invadían otros familiares, y terminaban todos compartiendo las viviendas para poder sobrevivir.

El pobre Lolo se dejó llevar por la ambición y la avaricia. Lo único que le importaba era ganar más dinero, aunque no tuviera tiempo para él. Lolo se fue agotando y deteriorando. Se fue mecanizando hasta convertirse meramente en un robot que ejerce una rutina diaria. Lo triste es que al final termina regresando a la montaña. Su tía le dijo que su hija venía del norte probablemente para salir de él. La realidad es que que ya Lolo no le era útil a la tía sin tener nada que aportar para la renta.

domingo, 27 de septiembre de 2009

En el fondo del caño hay un negrito

Este cuento nos relata el diario vivir y la vida cotidiana del puertorriqueño de la época de la industrialización. Nos presenta la migración del campo al arrabal de la ciudad. Nos habla sobre la pobreza extrema y la lucha diaria por la sobrevivencia. Nos presenta al puertorriqueño en la pobreza extrema donde no había ni tan siquiera café y al bebé solo podían darle un tecesito de hojas de guanabana de vez en cuando. El padre salía todos los días a ver que trabajo encontraba, sin nada fijo. De vez en cuando ahogaba sus penas con alcohol, que es algo muy común en la cultura puertorriqueña de todos los tiempos. Un dato curioso es que se podía descifrar el orden en que habían migrado los habitantes del arrabal de acuerdo a la localización de sus casuchas. Los primeros inmigrantes tuvieron la oportunidad de escoger los mejores espacios, que eran más secos y más cercanos a la orilla. Según iban llegando las nuevas familias, se iban adentrando más en el agua. La familia que nos presenta el autor obviamente se acababa de mudar hacía unos días y se ubicaba en localización honda, tan es así que necesitaban de un bote para llegar a la orilla.

También podemos ver como son juzgados a través de las miradas de los personajes que pasan por la carretera y el puente. Todos se quedan mirando las casuchas del caño. Y no tienen ni que hablar, pues con sus miradas penetrantes transmites sus pensamientos de desaprobación y disgusto.

En cuanto al negrito el autor nos presenta a un bebé que gatea hasta la puerta de su casa y cuando mira hacia abajo se cree que está viendo a otro negrito. Al final del cuento el negrito se ahoga al tirarse al agua buscando a su amiguito que no era sino su propio reflejo en el agua. Pobre del bebé que realmente no tenía muchas opciones. Vivía en una vivienda inapropiada que no le proporcionaba ningún tipo de seguridad. Y los padres parece que tampoco se ocupaban mucho de él ni lo velaban constantemente. En su hogar no encontraba mucha felicidad, sin embargo, el negrito en el fondo del caño nunca le fallaba y siempre le sonreía...

jueves, 24 de septiembre de 2009

Latitud 18.5

Encontré este documental muy interesante ya que me enteró de muchos sucesos que acontecieron durante la década de los 50’s que yo no conocía o que no recordaba. Aprecio el que este documental haya tocado temas diversos y haya incluido todos los ambitos de nuestra sociedad. Entre ellos está la política que nunca puede faltar. En cuanto a ese tema yo ya conocía, a través de la historia que había estudiado, todos los acontecimientos sobresalientes de esa época: el ELA, el último movimiento nacionalista bajo Albizu Campos, Fidel Castro en Cuba, etc.
No me acordaba que fue en los 50’s que llegó la television a Puerto Rico. Algo que me estuvo muy jocoso fue cuando mencionaron a Walter Mercado como uno de los galanes de la television. Otro aspecto que ignoraba es el de la apertura de nuestro aeropuerto internacional durante los 50’s.
Sin duda alguna, la década de los 50’s nos trajo muchos cambios politicos y sociales que tuvieron un impacto duradero y permanente en nuestra sociedad. La industrialización conducía a Puerto Rico hacia un mundo moderno en el que el progreso era inevitable . La economía crecía y con ella nuevos retos para la sociedad. Este documental traza los logros obtenidos durante una década que fué muy importante en nuestra historia.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuando las mujeres quieren a los hombres

Primero que nada tengo que decir que esta ha sido mi lectura favorita hasta el día de hoy.

Rosario Ferré nos expone a la realidad de la sociedad más clasista, racista y comemierda de todo Puerto Rico. Aquella sociedad en la que los apellidos de alcurnia determinan la posición social. Aquella en la que el requisito principal para la aceptación de una quinceañera al debut del Club Nautico o el Club Deportivo, es pararse frente a un abanico industrial con miembros de la junta observando, para analizar como se mueve su pelo y determinar si existe alguna sospecha de un requinto de raja. Bienvenidos a la Ciudad Señorial, a la Perla del Sur, al país de Ponce – la cuna aristocrática de nuestra isla caribeña.

Ferré nos presenta la posición social como exponente de su obra. Nos presenta ambas caras de la moneda, la de una dama de sociedad y la de una prostituta, ambas unidas por el amor de un mismo hombre. Para Ambrosio, cada una servía un propósito específico. Su esposa cumplía con los requisitos establecidos por la sociedad ponceña. Era blanca como él, de buena familia y con apellido de alcurnia, que era importantísimo para la descendencia de sus hijos. Su mujer probablemente también era virgen al contraer matrimonio. Isabel la Negra era todo lo contrario y representaba sus deseos como hombre. La negra era una verdadera puta, sin inhibiciones en la cama, y se dejaba hacer de Ambrosio aquellas cosas que “una señora bien” no se dejaba hacer jamás. Isabel Luberza, aunque cumplía con los requisitos de su posición social para ser su esposa y la madre de sus hijos, era muy rígida y conservadora en la cama para él. Entonces Ambrosio encontró en la negra una amante fabulosa y complaciente que le permitía vivir todas sus fantasías sexuales sin limitaciones e inhibiciones.

Ferré también nos presenta en Isabel Luberza a la mujer típica de aquella época, todavía arraigada a las generaciónes arcaicas en las que las mujeres eran criadas por sus padres única y exclusivamente para servir los roles de esposas y madres. La mujer no servía para nada más. Y el deber de la mujer era mantener su matrimonio a toda cuesta, sin importar los sufrimientos y aguantando todo lo que tuviera que aguantarle al hombre. Y más aún en la sociedad de Ponce, donde a mal momento, buena cara. Aunque su matrimonio era una farsa y una hipocresía, el deber de Isabel Luberza era ocultar su martirio y pretender que todo marchaba bien ante la sociedad ponceña. Tenía que cuidarse del qué dirán. Como ella conozco muchas en la vida real. Que bueno que los tiempos han cambiado y que las mujeres han podido liberarse de esos yugos sociales que las esclavizaron por tanto tiempo.

Ferré expone francamente el rito de iniciación de los niños para hacerse hombres en la sociedad puertorriqueña de aquella época. Los padres o amistades llevaban a los adolescentes a los prostíbulos para que tuvieran su primera experiencia sexual. Esto los convertía en verdaderos hombres y machos. Además es interesante ver como esta conducta servía otro propósito social. Se suponía que estos niños adquirieran una gran eseñanza sexual de estas prostitutas que tenían tanta experiencia. Esa experiencia asumía la adquisición de destrezas que más adelante podrían utilizar para impresionar a sus futuras conquistas, que suponían fueran niñas blanquitas, de buenas familias, y vírgenes por supuesto. Todo este comportamiento refleja el machismo y la hipocresía a sus anchas. Dios libre que a una muchachita bien y decente se le ocurriera tener sexo con más de un hombre. Entonces sería tildada de puta y su reputación hubiese quedado destruída, tanto que posiblemente no hubiese podido conseguir marido para ser esposa dedicada y fiel. Sin embargo el hombre podía tener sexo con cuantas mujeres quería y eso lo hacía más macho. Que hipocresía! El otro propósito de esta práctica de llevar a los hijos al prostíbulo también tiene que ver con el machísmo. Era importantísimo para los padres asegurarse de que sus hijos no eran unos mariconcitos. Dios libre! Mejor era la muerte antes de aceptar a un hijo maricón. Tan es así que los padres se hartaban de divulgar la noticia de que su hijo había chichado como un machote con la puta, para que no quedara la más mínima duda de la virilidad y masculinidad de su descendencia.

Rosario nos presenta el racismo que todavía existía en aquella época. Para la esposa de Ambrosio no solo tenía que aceptar la infidelidad de su marido, pero para el colmo de los colmos, con una negra. No pudo haber sido con una mujer de su estirpe, sino con una negra. Una y otra vez Rosario hace énfasis en la realidad del racismo. Me encanta cuando la esposa describe su piel blanca, “siempre protegida por manga larga y cuello alto para poder exhibirla en los bailes porque es prueba fidedigna de mi pedigree, de que en mi familia somos blancos por los cuatro costados…”

Rosario también exalta el tema del chisme y el bochinche de la sociedad de aquella época, especialmente el “qué dirán” típico de la sociedad ponceña, que cuentan era capaz no solo de destruir reputaciones, sino de destruir vidas… Tan es así que dependiendo de la fechoría, a algunos les convenía mudarse de Ponce y no volver jamás. Otros decidían regresar después de muchos años pero incognito. Lo que no sabían era que sus hazañas habían sido divulgadas de generación en generación. En Ponce, nada se perdonaba y nada se olvidaba… Todo se mantenía en la reserva de la memoria hasta el momento indicado para sacarlo a relucir una vez más.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Película - Ser Puertorriqueño

Lo que más admiro de este documental es que nos presenta al puertorriqueño desde una perspectiva histórica, desde nuestros comienzos hasta el día de hoy. Podemos observar el cambio en la personalidad del puertorriqueño desde la formación inicial de esa identidad como pueblo que surgió de la fusión de nuestras tres razas, hasta el puertorriqueño moderno de hoy en día, ya adaptado a ciertos cambios inducidos por nuestra relación con los Estados Unidos. Es interesantísimo ver como nuestra identidad puertorriqueña nació, se formó, se fué amoldando, y fué evolucionando a través del tiempo.

El tema de la música como parte de la identidad puertorriqueña fué un tema que me causó mucha melancolía. Recuerdo que en quinto grado fuí escogido por mi maestra para participar en un grupo de bailes folklóricos. Aprendí a bailar la bomba, la plena, el seis chorreao, la mazurca, etc. Inclusive, tanto fué el éxito del grupo, que hicimos varias presentaciones en la escuela y eventualmente salímos bailando en la televisión en uno de los programas locales. Desgraciadamente, después de ese auge, nunca más escuché la música folklórica de mi patria. Estoy de acuerdo en que otros aspectos de nuestra puertorriqueñidad se pueden identificar a través de nuestros artistas, pintores, escritores, mñsicos, compositores, etc. Las artesanías también han formado parte de nuestra identidad, aunque yo personalmente no sea muy amante de ellas. Recuerdo que cuando era niño se veían muchos artesanos mayormente en las plazas de nuestros pueblos. Desgraciadamente hoy ya casi no se ven los artesanos publicamente. Ahora hay como que buscarlos a través de referencias pues no están tan expuestos al público como antes. Muchos puertorriqueños identifican su identidad con los equipos de deportes, especialmente cuando representan a Puerto Rico en el extranjero. Esto es evidente en los deportes más populares como la pelota, el baloncesto y el boxeo. Yo particularmente no soy muy fanático de los deportes.

Me parece que aunque hemos pasado por tantos cambios historicos y sociales, todavía permanece esa identidad puertorriqueña, aunque cada cual la viva o la exprese a su manera. Entiendo que esta identidad está muy arraigada a nuestras raíces y la idiosincracia que se fué desarrollando a través de la historia. Con las tres características de la identidad puertorriqueña que yo mas me identifico son las de la unión familiar, el ser hospitalario, y el de disfrutar del jolgorio y las fiestas.

Me encantó el debate de los puertorriqueños que nacieron aquí y se criaron en otro lugar versus el de los que nacieron en otros países y llegaron aquí y hoy por hoy se sienten tan puertorriqueños como todos los demás. Tony Croatto es un vivo ejemplo. También es interesante ver como inclusive los hijos de padres puertorriqueños que han nacido y se han criado en el exterior, se sienten como puertorriqueños. Estoy convencido de que los puertorriqueños tenemos nuestra propia identidad, aunque vivamos en la luna. También creo en que esa identidad se puede transmitir de generación a generación.

El único aspecto de la identidad puertorriqueña que detesto de sobremanera es la politiquería que existe en mi país. Entiendo que la política nos ha dividido permanentemente como puertorriqueños y que nos ha dejado un legado negativo que no contribuye nada positivo al diario vivir de nuestro pueblo.

lunes, 31 de agosto de 2009

La Muñeca Menor

En este cuento fantasioso la autora nos revela la identidad de la mujer de esa época. Es interesante ver como la mujer es relegada a un segundo plano al ser valorada únicamente por su belleza. Esto es evidente cuando la tía, que era bella, pierde su futuro al ser mordida por la chágara. Su pierna se convierte en una monstruosidad y desde ese entonces se aisla del mundo exterior, al haber perdido su belleza. Tan es así que decidió rehusar a todos sus pretendientes.

Pienso que la autora también intenta demostrarnos el rol pasivo de la mujer como esposa del hombre y prisionera, como un instrumento manipulado y engañado por el hombre. De aquí el rol de los 2 hombres en el cuento: el doctor y su hijo. La manipulación del hombre y la impotencia de la mujer son evidentes cuando el hijo comenta que el padre pudo haber extirpado la chágara y curado la herida desde el principio.

El papel de la tía refleja el estancamiento y el sacrificio de la mujer. Tan es así, que al haber perdido su belleza por la mordida del la chágara, a la tía no le queda otra que resignarse a vivir el resto de su vida encerrada entre cuatro paredes. Sus únicos oficios son los de criar a sus sobrinas y hacerle muñecas. Y el objetivo final es ver como una a una iban desapareciendo de la casa al contraer matrimonio. Así estuvo la tía hasta que salió de la última sobrina, la menor. Y a través de la menor nos narra la condición de la mujer como esclava del hombre. La menor estaba relegada por el marido a sentarse en el balcón todos los días para que supieran que el doctor se había casado en sociedad. Esto implica el papel de la mujer como un simple objeto del hombre, que se puede manipular y amoldar a conveniencia de él.

Este cuento es muy diferente al de los cuentos de hadas y de princesas en los que la mujer es feliz para siempre una vez encuentra a su príncipe encantado. Por el contrario, me parece que la autora desea mostrar la cara de la realidad a través de la fantasía. Al final la mujer no encuentra su felicidad eterna al casarse, sino todo lo contrario, una vida llena de limitaciones impuestas por el mismo sacramento que en ideología supone la culminación y el écstasis de su felicidad. Y para pasar el tiempo y no acordarse de su agonía eterna, la mujer opta por adoptar un pasatiempo casero que la ayude a distraerse y dejar de pensar en lo que pudo haber sido si hubiese tenido los recursos y la independencia para haber trasado su propio destino. En el caso de la tía, adoptó el pasatiempo de hacer muñecas. En otros cuentos que reflejan la condición de la mujer de aquella época, las mujeres se dedican a bordar, a cuidar del jardín, y otros quehaceres cotidianos que están confinados al espacio geográfico del hogar.

Cierto y falso

La autora nos demuestra la división familiar como resultado del imperiaismo y la colonización. Su padre considera a los estadounidenses como unos dioses a los que hay que tratar como reyes. Su madre pretende que también los idolatra, pero en su interior los detesta. Su madre juega el rol típico de la mujer puertorriqueña de esa época, sumiza y acatada a las decisiones tomadas por el jefe de la familia, el esposo.

La autora nos presenta también el concepto de "double-standard", que es el resultado del sentido de superioridad e inferioridad caracterizado por la relación imprialista-colonial. Era socialmente vergonzoso que un puertorriqueño no hablara inglés. Sin embargo, los amigos estadounidenses de su padre llevaban más de 10 años en P.R. y no sabían hablar el español. Su padre adoptó un sentido de inferioridad en el que tenía que complacer y venerar a los colonizadores pues ellos pertenecían a una raza y cultura superior a la nuestra. Su pobre madre, que no compartía semejante sentimiento, tuvo que finjir su sentido de inferioridad por complacer a su esposo y mantener su matrimonio. Que triste...

Insomnio

En este poema el autor analiza el temor a la muerte. Nos muestra el miedo a lo desconocido, porque realmente nadie se ha muerto y ha regresado para contarnos lo que hay al otro lado. El autor expresa el miedo a perder todo aquello que conoce en este mundo y a lo que está rotundamente acostumbrado por algo que es desconocido y que podría convertirse en un insomnio eterno de soledad y aburrimiento. Tiene miedo de dejar de disfrutar de los placeres mundanos que ama al cruzar la frontera de la muerte. El autor nos transmite esa incertidumbre que existe después de la muerte. Porque como muy bien dice: no todas las muertes son iguales.

Para el autor no es importante si lo entierran en un ataud de oro o en uno de madera podrida. Lo importante para él es que pueda seguir disfrutando de los placeres después de la muerte física.

Cráneo de una noche de verano

Ana Lydia nos presenta un coctél maravilloso de dichos comunes directamente sacados del lenguaje vulgar de la calle. Hacía tiempo que no escuchaba algunos de esos términos que formaron parte del léxico linguístico de mi juventud. Comenzamos con los anglicismos como friforol, fóquin, bródel, friquiao, lonpléin, boiescau, etc. Los dos anglicismos más tajantes son los de los dos personajes principales: Yuniol (de Junior), y Güilson (de Wilson). También nos presenta el vocabulario típico del mundo de las drogas: capeal, ácido, perico, yerba, etc. Y no pueden faltar las palabras y expresiones típicas que solo un puertorriqueño podría entender: mangal, lo quiero calle, la movida, traqueteo, gufealse, embalao, espepite, repartir chinos, etc.

Un factor interesante es lo enajenado que se encontraba Güilson con la realidad del presente que el resto de la población estaba viviendo. El se encontraba en su propio mundo rodeado del tripeo que le bindaban las drogas y el pariceo que compartía con sus cómplices. Güilson andaba en su propio cráneo, sin importarle el resto del mundo y los acontecimientos del momento. Tan es así que ni tan siquiera se había enterado de que P.R. se había convertido en el estado 51.

Me parece muy interesante el choque de esos dos mundos tan diferentes: el del drogadicto que no sabe inglés excepto por los anglicismos que ha adoptado en su repertorio linguístico, y el de su país convirtiéndose en parte de una nación de la cua él no parece conocer todavía bien. Güilson es realmente incapaz de relacionarse con la nueva identidad con la cual ha tenido que enfrentarse al enterarse de lo ocurrido. La nota que todavía llevaba, junto con la desilución de la nueva noticia, lo llevan a tomar la decisión del suicidio.

miércoles, 26 de agosto de 2009

La generación o sea

En base a la contestación ambigua de uno de sus estudiantes, el autor desarrolla el tema de la incongruencia linguística de la cual sufre el puertorriqueño. Critica fervientemente a aquella generación que carece del vocabulario básico para poder expresarse cómodamente en su idioma nativo. Entiendo que la frase o sea es solo una de las expresiones léxicas que bastardisan nuestra lengua. La utilización continua de esa frase constituye una muleta para disfrazar la falta de síntesis y sintáxis en las expresiones que utilizamos. Pienso que es muy triste cuando utilizamos este tipo de frase constantemente cuando la realidad es que lo hacemos porque no tenemos los mecanismos linguísticos para expresarnos libre y correctamente.

Si yo hubiera side el autor de este ensayo, le hubiese dado más importancia a otro de los aspectos mencionados en el artículo que a la frase o sea. Creo que la falta de vocabulario claro y preciso es el problema principal del idioma puertorriqueño. Pienso que es más común escuchar a individuos tratando de describir objetos utilizando las expresiones como: ese coso que se pone aquí, o esa cosíta que se utiliza para..., que lo que es escuchar a alguien utilizando la frase o sea una y otra vez.

El autor habla de "la dificultad en la poseción firme, profunda y clara de nuestra lengua". Y aunque solamente menciona brevemente que el hogar y la escuela son igualmente culpables de este fenomeno, me sorprendió el hecho de que no profundizara en ese tema. A quién le corresponde la enseñanza del idioma? Ha fallado el gobierno o el estado por no proveerle a su población los instrumentos y las destrezas para el desarrollo de un vocabulario extenso y preciso? Tiene el gobierno tal compromiso? O será que los maestros y profesores encargados de divulgar ese vocabulario básico y primordial no están preparados para pasarlo a las próximas generaciones? Que rol ejerce el hogar y la familia en esa formación tan importante? A que se debe este fenómeno y quién es responsable?

Sabemos y reconocemos cual es el problema y las limitaciones que nos impone al expresarnos. Pero, como podemos cambiarlo, mejorarlo? Me parece que éste es un asunto social bastante complicado que para resolverlo envolvería un esfuerzo multidisciplinario de muchos sectores de la sociedad. Pero lo más que me preocupa es, que aunque estamos conscientes de la situación, no veo que nadie haya tomado la iniciativa para empezar a enfrentar y lidiar con esta condición de mediocridad linguística. Tendrá remedio este asunto? No será muy tarde para cambiar el rumbo de este fenómeno?

Otra crítica que tengo sobre el autor es que realmente no incorpora el factor de la edad, como grupo específico, al referirse a la generación o sea. No hay una definición clara y específica sobre la generación a la cual se refiere el autor. Será la generación de la última década?, de los últimos 20 o 30 años? Cuando comienza y cuando termina esta generación. Mi opinión personal es que la generación o sea del escribir y hablar puertorriqueño ha existido y existirá toda la vida. Entiendo que no se trata de una generación cronológica que se pueda identificar, sino que existe en todas las generaciones de puertorriqueños, desde los ancianos hasta los niños.

martes, 25 de agosto de 2009

Reflexión sobre "Pulsando con el difícil"

Cuando comenzé a leer este ensayo se me erizó la piel. Al igual que Ana Lydia Vega, yo también estuve inmerso en un colegio católico dirigido por monjas irlandesas durante mis años de infancia. Recuerdo sus nombres claramente como si hubiese sido ayer: Sister Marian Rose, Sister Mary Louise, Sister Catherine, etc. Y al igual que Ana Lydia, cantábamos el oseicanyusí todas las mañanas frente a la pecosa y con la mano en el corazón. El proceso de imperialismo educacional fué gradual, pero después de varios años, cuando el proceso iba viento en popa y ya estábamos acostumbrados, las monjas desaparecieron de la noche a la mañana. Volvímos a la educación en español excepto la clase de inglés.

Obviamente la autora vivió una época muy controversial del proceso de colonialismo estadounidense. En su hogar vivía en un mundo y una familia arraigada a las costumbres de España mientras que en el colegio funcionaba en un idioma ajeno al que al principio le llamó el difícil. Puedo entender el conflicto inicial de crecer en una sociedad en la que ella sentía que tenía dos identidades completamente diferentes, que al principio le parecían incompatibles. Pero poco a poco aprendió a vivir con la dicotomía de ambas realidades que llegaron a ser parte de su propia e indiscutible identidad como puertorriqueña.

Es interesante ver el cambio de actitud de la autora hacia el difícil a través de su formación académica. Al principio le fué chocante y contradictorio. Luego, a través del imperialismo linguístico, fue realizando que el inglés era la lengua del prestigio y el progreso en la sociedad puertorriqueña y que el español era vista como la lengua del atraso y el subdesarrollo. Me encantó el comentario sobre las grietas en el proceso de colonización linguística cada vez que llegaba el 17 de marzo todos los años, cuando los obligaban a celebrar el día de St. Patrick. Esto formaba una contradicción ya que las monjas eran de descendencia irlandesa, e Irlanda había sido invadida por el país mas imperialista del mundo: Inglaterra. El resultado de esa colonización terminó con la anexión de Irlanda del Norte por parte de Inglaterra, que trajó a su paso muchos años de guerra entre católicos y protestantes.

Jamás hibiese pensado que la autora hubiese terminado estudiando en la Universidad de Puerto Rico. Parecía que estuviera destinada a estudiar en Estados Unidos. Obviamente se enfrentó nuevamente a la dicotomía de su educación. Ahora se encontraba estudiando principalmente en español y estaba confrontando problemas con el idioma. Tanto así que a menudo no encontraba las palabras en español y muchas veces tenía que buscarlas en el diccionario. Lo más interesante es que haya decidido estudiar francés y que haya terminado haciendo sus estudios graduados en Francia.

Yo estoy de acuerdo con la autora en que después que los integrantes de una población se sientan seguros de su identidad, el aprender idiomas adicionales es una gran ventaja pues ofrece una expansión de conocimientos que nos permiten comunicarnos con otros seres humanos. Una vez te sientes seguro de tu identidad cultural principal, entonces puedes expander tus horizontes aprendiendo sobre otras culturas e idiomas. Eso te engrandece y te permite apreciar la manera en que otros seres humanos viven y se comunican, a la vez que te permite comunicarte con una mayor parte del planeta que todos compartimos. Incluso pienso que este aprendizaje nos traería una ventaja contundente: la de poder escoger aquellos aspectos de otras culturas que creamos son beneficiosos para nosotros y adaptarlos a nuestro diario vivir. De igual manera podemos rechazar aquellas tradiciones, costumbres o estilos de vida que consideremos inferiores o no deseables. De esta manera escogemos y descartamos de otras culturas al igual que de la nuestra propia, hasta que creamos nuestra propia identidad. Esta identidad viene a ser única, basada en las experiencias y los conocimientos adquiridos a través de nuestras vidas.

martes, 11 de agosto de 2009

Nina y Rocco


Reflexion sobre mi personalidad puertorriqueña


Rocco y yo disfrutando de la sombra que nos provee la ceiba. Disfruto también de observar las raíces y el tronco de tan magnífico árbol puertorriqueño y antillano.

Quién soy yo como puertorriqueño?

Creo que el factor más importante en mi identificación como puertorriqueño es el amor que siento por la comida criolla puertorriqueña. Me gusta tanto que podría comerla todos los días por el resto de mi vida sin protestar. Mi plato favorito consiste de empanadas de yuca. Otros platos que adoro incluyen los garbanzos guisados, arroz con pollo, habichuelas, mofongo, tostones, amarillos, alcapurrias, todo tipo de viandas incluyendo el ñame, la yautía, la batata, el apio, etc.

Como puertorriqueño, siento un amor profundo por el ecosistema en el que habito. Amo la flora y la fauna de mi isla. Aprecio las diferentes costas con sus playas particulares al igual que las montañas con sus diferentes paisajes y panoramas.

Que significa ser puertorriqueño?, parte 2

Quizás la característica común más importante del puertorriqueño es el idioma y lenguaje que compartimos. Hablamos el español con un acento particular y un sinnúmero de palabras particulares que nos identifican como puertorriqueños en cualquier parte del mundo.

Compartimos también una historia común que nos convierte en uno de los países de más mezcla racial en el mundo, junto a Brazil y Cuba. Desde blancos, mestizos, mulatos y negros, hasta otras combinaciones exóticas que nos identifican como una sociedad multiracial.

Que significa ser puertorriqueño?

Esta es una pregunta que puede tener contestaciones diversas de acuerdo al énfasis que se le dé. El enfoque más importante en mi opinión es el geográfico. Por lo tanto, puertorriqueño es todo aquel que crece en la isla de Puerto Rico. Hago énfasis en crecer y no en nacer. Porqué? Un individuo puede nacer en P.R. y a los tres meses de nacido ser trasladado a Berlin donde vive el resto de su vida. Este individuo será alemán. De igual manera, si un individuo nace en Bogotá y a partir del año sus padres se mudan a P.R. y crece aquí, entonces este individuo será puertorriqueño. La otra incognita es definir el estatus de hijos de padres puertorriqueños, nacidos o no en la isla, que terminen criándose en otra cultura en otro país. Este sería el caso de los bautizados como "newyorricans". Aunque la mayor parte de ellos se identifican como puertorriqueños, muchos de los que viven en la isla los consideran como extranjeros.

Otro aspecto importante en la definición del puertorriqueño es la edad. El significado varía de acuerdo a la generación que uno pertenece. Y aunque todos los que nos consideramos puertorriqueños poseemos una cultura basada en una historia común, es importante recalcar que P.R. ha cambiado drásticamente, especialmente en los últimos 100 años de historia. Lo que fué ser puertorriqueño para mis abuelos no es necesariamente lo que significa ser puertorriqueño para mí. Por ejemplo, mis 2 abuelos murieron hace unos años y ambos tenían la edad de 97 años al morir. Las experiencias que ellos vivieron como puertorriqueños, especialmente durante los años de infancia, fueron totalmente diferente a las mías. Inclusive, las experiencias que yo viví como niño son diferentes a las que estan viviendo mis sobrinos. Por ejemplo, durante mi niñez siempre participé de las parrandas con amistades y vecinos durante la navidad mayormente en la década de los 70's. Hoy en día mis 4 sobrinos, entre las edades de 9 y 13 años, jamás han experimentado o vivido una parranda navideña, y son tan puertorriqueños como yo pues todos nos criamos en la misma isla. La diferencia es que una tradición como la parranda, que marcó drásticamente mi sentimiento de puertorriqueñidad, es para mis sobrinos un cuento de una tradición que existió en una época pero que a ellos no les tocó practicarla y/o vivirla.