lunes, 31 de agosto de 2009

La Muñeca Menor

En este cuento fantasioso la autora nos revela la identidad de la mujer de esa época. Es interesante ver como la mujer es relegada a un segundo plano al ser valorada únicamente por su belleza. Esto es evidente cuando la tía, que era bella, pierde su futuro al ser mordida por la chágara. Su pierna se convierte en una monstruosidad y desde ese entonces se aisla del mundo exterior, al haber perdido su belleza. Tan es así que decidió rehusar a todos sus pretendientes.

Pienso que la autora también intenta demostrarnos el rol pasivo de la mujer como esposa del hombre y prisionera, como un instrumento manipulado y engañado por el hombre. De aquí el rol de los 2 hombres en el cuento: el doctor y su hijo. La manipulación del hombre y la impotencia de la mujer son evidentes cuando el hijo comenta que el padre pudo haber extirpado la chágara y curado la herida desde el principio.

El papel de la tía refleja el estancamiento y el sacrificio de la mujer. Tan es así, que al haber perdido su belleza por la mordida del la chágara, a la tía no le queda otra que resignarse a vivir el resto de su vida encerrada entre cuatro paredes. Sus únicos oficios son los de criar a sus sobrinas y hacerle muñecas. Y el objetivo final es ver como una a una iban desapareciendo de la casa al contraer matrimonio. Así estuvo la tía hasta que salió de la última sobrina, la menor. Y a través de la menor nos narra la condición de la mujer como esclava del hombre. La menor estaba relegada por el marido a sentarse en el balcón todos los días para que supieran que el doctor se había casado en sociedad. Esto implica el papel de la mujer como un simple objeto del hombre, que se puede manipular y amoldar a conveniencia de él.

Este cuento es muy diferente al de los cuentos de hadas y de princesas en los que la mujer es feliz para siempre una vez encuentra a su príncipe encantado. Por el contrario, me parece que la autora desea mostrar la cara de la realidad a través de la fantasía. Al final la mujer no encuentra su felicidad eterna al casarse, sino todo lo contrario, una vida llena de limitaciones impuestas por el mismo sacramento que en ideología supone la culminación y el écstasis de su felicidad. Y para pasar el tiempo y no acordarse de su agonía eterna, la mujer opta por adoptar un pasatiempo casero que la ayude a distraerse y dejar de pensar en lo que pudo haber sido si hubiese tenido los recursos y la independencia para haber trasado su propio destino. En el caso de la tía, adoptó el pasatiempo de hacer muñecas. En otros cuentos que reflejan la condición de la mujer de aquella época, las mujeres se dedican a bordar, a cuidar del jardín, y otros quehaceres cotidianos que están confinados al espacio geográfico del hogar.

Cierto y falso

La autora nos demuestra la división familiar como resultado del imperiaismo y la colonización. Su padre considera a los estadounidenses como unos dioses a los que hay que tratar como reyes. Su madre pretende que también los idolatra, pero en su interior los detesta. Su madre juega el rol típico de la mujer puertorriqueña de esa época, sumiza y acatada a las decisiones tomadas por el jefe de la familia, el esposo.

La autora nos presenta también el concepto de "double-standard", que es el resultado del sentido de superioridad e inferioridad caracterizado por la relación imprialista-colonial. Era socialmente vergonzoso que un puertorriqueño no hablara inglés. Sin embargo, los amigos estadounidenses de su padre llevaban más de 10 años en P.R. y no sabían hablar el español. Su padre adoptó un sentido de inferioridad en el que tenía que complacer y venerar a los colonizadores pues ellos pertenecían a una raza y cultura superior a la nuestra. Su pobre madre, que no compartía semejante sentimiento, tuvo que finjir su sentido de inferioridad por complacer a su esposo y mantener su matrimonio. Que triste...

Insomnio

En este poema el autor analiza el temor a la muerte. Nos muestra el miedo a lo desconocido, porque realmente nadie se ha muerto y ha regresado para contarnos lo que hay al otro lado. El autor expresa el miedo a perder todo aquello que conoce en este mundo y a lo que está rotundamente acostumbrado por algo que es desconocido y que podría convertirse en un insomnio eterno de soledad y aburrimiento. Tiene miedo de dejar de disfrutar de los placeres mundanos que ama al cruzar la frontera de la muerte. El autor nos transmite esa incertidumbre que existe después de la muerte. Porque como muy bien dice: no todas las muertes son iguales.

Para el autor no es importante si lo entierran en un ataud de oro o en uno de madera podrida. Lo importante para él es que pueda seguir disfrutando de los placeres después de la muerte física.

Cráneo de una noche de verano

Ana Lydia nos presenta un coctél maravilloso de dichos comunes directamente sacados del lenguaje vulgar de la calle. Hacía tiempo que no escuchaba algunos de esos términos que formaron parte del léxico linguístico de mi juventud. Comenzamos con los anglicismos como friforol, fóquin, bródel, friquiao, lonpléin, boiescau, etc. Los dos anglicismos más tajantes son los de los dos personajes principales: Yuniol (de Junior), y Güilson (de Wilson). También nos presenta el vocabulario típico del mundo de las drogas: capeal, ácido, perico, yerba, etc. Y no pueden faltar las palabras y expresiones típicas que solo un puertorriqueño podría entender: mangal, lo quiero calle, la movida, traqueteo, gufealse, embalao, espepite, repartir chinos, etc.

Un factor interesante es lo enajenado que se encontraba Güilson con la realidad del presente que el resto de la población estaba viviendo. El se encontraba en su propio mundo rodeado del tripeo que le bindaban las drogas y el pariceo que compartía con sus cómplices. Güilson andaba en su propio cráneo, sin importarle el resto del mundo y los acontecimientos del momento. Tan es así que ni tan siquiera se había enterado de que P.R. se había convertido en el estado 51.

Me parece muy interesante el choque de esos dos mundos tan diferentes: el del drogadicto que no sabe inglés excepto por los anglicismos que ha adoptado en su repertorio linguístico, y el de su país convirtiéndose en parte de una nación de la cua él no parece conocer todavía bien. Güilson es realmente incapaz de relacionarse con la nueva identidad con la cual ha tenido que enfrentarse al enterarse de lo ocurrido. La nota que todavía llevaba, junto con la desilución de la nueva noticia, lo llevan a tomar la decisión del suicidio.

miércoles, 26 de agosto de 2009

La generación o sea

En base a la contestación ambigua de uno de sus estudiantes, el autor desarrolla el tema de la incongruencia linguística de la cual sufre el puertorriqueño. Critica fervientemente a aquella generación que carece del vocabulario básico para poder expresarse cómodamente en su idioma nativo. Entiendo que la frase o sea es solo una de las expresiones léxicas que bastardisan nuestra lengua. La utilización continua de esa frase constituye una muleta para disfrazar la falta de síntesis y sintáxis en las expresiones que utilizamos. Pienso que es muy triste cuando utilizamos este tipo de frase constantemente cuando la realidad es que lo hacemos porque no tenemos los mecanismos linguísticos para expresarnos libre y correctamente.

Si yo hubiera side el autor de este ensayo, le hubiese dado más importancia a otro de los aspectos mencionados en el artículo que a la frase o sea. Creo que la falta de vocabulario claro y preciso es el problema principal del idioma puertorriqueño. Pienso que es más común escuchar a individuos tratando de describir objetos utilizando las expresiones como: ese coso que se pone aquí, o esa cosíta que se utiliza para..., que lo que es escuchar a alguien utilizando la frase o sea una y otra vez.

El autor habla de "la dificultad en la poseción firme, profunda y clara de nuestra lengua". Y aunque solamente menciona brevemente que el hogar y la escuela son igualmente culpables de este fenomeno, me sorprendió el hecho de que no profundizara en ese tema. A quién le corresponde la enseñanza del idioma? Ha fallado el gobierno o el estado por no proveerle a su población los instrumentos y las destrezas para el desarrollo de un vocabulario extenso y preciso? Tiene el gobierno tal compromiso? O será que los maestros y profesores encargados de divulgar ese vocabulario básico y primordial no están preparados para pasarlo a las próximas generaciones? Que rol ejerce el hogar y la familia en esa formación tan importante? A que se debe este fenómeno y quién es responsable?

Sabemos y reconocemos cual es el problema y las limitaciones que nos impone al expresarnos. Pero, como podemos cambiarlo, mejorarlo? Me parece que éste es un asunto social bastante complicado que para resolverlo envolvería un esfuerzo multidisciplinario de muchos sectores de la sociedad. Pero lo más que me preocupa es, que aunque estamos conscientes de la situación, no veo que nadie haya tomado la iniciativa para empezar a enfrentar y lidiar con esta condición de mediocridad linguística. Tendrá remedio este asunto? No será muy tarde para cambiar el rumbo de este fenómeno?

Otra crítica que tengo sobre el autor es que realmente no incorpora el factor de la edad, como grupo específico, al referirse a la generación o sea. No hay una definición clara y específica sobre la generación a la cual se refiere el autor. Será la generación de la última década?, de los últimos 20 o 30 años? Cuando comienza y cuando termina esta generación. Mi opinión personal es que la generación o sea del escribir y hablar puertorriqueño ha existido y existirá toda la vida. Entiendo que no se trata de una generación cronológica que se pueda identificar, sino que existe en todas las generaciones de puertorriqueños, desde los ancianos hasta los niños.

martes, 25 de agosto de 2009

Reflexión sobre "Pulsando con el difícil"

Cuando comenzé a leer este ensayo se me erizó la piel. Al igual que Ana Lydia Vega, yo también estuve inmerso en un colegio católico dirigido por monjas irlandesas durante mis años de infancia. Recuerdo sus nombres claramente como si hubiese sido ayer: Sister Marian Rose, Sister Mary Louise, Sister Catherine, etc. Y al igual que Ana Lydia, cantábamos el oseicanyusí todas las mañanas frente a la pecosa y con la mano en el corazón. El proceso de imperialismo educacional fué gradual, pero después de varios años, cuando el proceso iba viento en popa y ya estábamos acostumbrados, las monjas desaparecieron de la noche a la mañana. Volvímos a la educación en español excepto la clase de inglés.

Obviamente la autora vivió una época muy controversial del proceso de colonialismo estadounidense. En su hogar vivía en un mundo y una familia arraigada a las costumbres de España mientras que en el colegio funcionaba en un idioma ajeno al que al principio le llamó el difícil. Puedo entender el conflicto inicial de crecer en una sociedad en la que ella sentía que tenía dos identidades completamente diferentes, que al principio le parecían incompatibles. Pero poco a poco aprendió a vivir con la dicotomía de ambas realidades que llegaron a ser parte de su propia e indiscutible identidad como puertorriqueña.

Es interesante ver el cambio de actitud de la autora hacia el difícil a través de su formación académica. Al principio le fué chocante y contradictorio. Luego, a través del imperialismo linguístico, fue realizando que el inglés era la lengua del prestigio y el progreso en la sociedad puertorriqueña y que el español era vista como la lengua del atraso y el subdesarrollo. Me encantó el comentario sobre las grietas en el proceso de colonización linguística cada vez que llegaba el 17 de marzo todos los años, cuando los obligaban a celebrar el día de St. Patrick. Esto formaba una contradicción ya que las monjas eran de descendencia irlandesa, e Irlanda había sido invadida por el país mas imperialista del mundo: Inglaterra. El resultado de esa colonización terminó con la anexión de Irlanda del Norte por parte de Inglaterra, que trajó a su paso muchos años de guerra entre católicos y protestantes.

Jamás hibiese pensado que la autora hubiese terminado estudiando en la Universidad de Puerto Rico. Parecía que estuviera destinada a estudiar en Estados Unidos. Obviamente se enfrentó nuevamente a la dicotomía de su educación. Ahora se encontraba estudiando principalmente en español y estaba confrontando problemas con el idioma. Tanto así que a menudo no encontraba las palabras en español y muchas veces tenía que buscarlas en el diccionario. Lo más interesante es que haya decidido estudiar francés y que haya terminado haciendo sus estudios graduados en Francia.

Yo estoy de acuerdo con la autora en que después que los integrantes de una población se sientan seguros de su identidad, el aprender idiomas adicionales es una gran ventaja pues ofrece una expansión de conocimientos que nos permiten comunicarnos con otros seres humanos. Una vez te sientes seguro de tu identidad cultural principal, entonces puedes expander tus horizontes aprendiendo sobre otras culturas e idiomas. Eso te engrandece y te permite apreciar la manera en que otros seres humanos viven y se comunican, a la vez que te permite comunicarte con una mayor parte del planeta que todos compartimos. Incluso pienso que este aprendizaje nos traería una ventaja contundente: la de poder escoger aquellos aspectos de otras culturas que creamos son beneficiosos para nosotros y adaptarlos a nuestro diario vivir. De igual manera podemos rechazar aquellas tradiciones, costumbres o estilos de vida que consideremos inferiores o no deseables. De esta manera escogemos y descartamos de otras culturas al igual que de la nuestra propia, hasta que creamos nuestra propia identidad. Esta identidad viene a ser única, basada en las experiencias y los conocimientos adquiridos a través de nuestras vidas.

martes, 11 de agosto de 2009

Nina y Rocco


Reflexion sobre mi personalidad puertorriqueña


Rocco y yo disfrutando de la sombra que nos provee la ceiba. Disfruto también de observar las raíces y el tronco de tan magnífico árbol puertorriqueño y antillano.

Quién soy yo como puertorriqueño?

Creo que el factor más importante en mi identificación como puertorriqueño es el amor que siento por la comida criolla puertorriqueña. Me gusta tanto que podría comerla todos los días por el resto de mi vida sin protestar. Mi plato favorito consiste de empanadas de yuca. Otros platos que adoro incluyen los garbanzos guisados, arroz con pollo, habichuelas, mofongo, tostones, amarillos, alcapurrias, todo tipo de viandas incluyendo el ñame, la yautía, la batata, el apio, etc.

Como puertorriqueño, siento un amor profundo por el ecosistema en el que habito. Amo la flora y la fauna de mi isla. Aprecio las diferentes costas con sus playas particulares al igual que las montañas con sus diferentes paisajes y panoramas.

Que significa ser puertorriqueño?, parte 2

Quizás la característica común más importante del puertorriqueño es el idioma y lenguaje que compartimos. Hablamos el español con un acento particular y un sinnúmero de palabras particulares que nos identifican como puertorriqueños en cualquier parte del mundo.

Compartimos también una historia común que nos convierte en uno de los países de más mezcla racial en el mundo, junto a Brazil y Cuba. Desde blancos, mestizos, mulatos y negros, hasta otras combinaciones exóticas que nos identifican como una sociedad multiracial.

Que significa ser puertorriqueño?

Esta es una pregunta que puede tener contestaciones diversas de acuerdo al énfasis que se le dé. El enfoque más importante en mi opinión es el geográfico. Por lo tanto, puertorriqueño es todo aquel que crece en la isla de Puerto Rico. Hago énfasis en crecer y no en nacer. Porqué? Un individuo puede nacer en P.R. y a los tres meses de nacido ser trasladado a Berlin donde vive el resto de su vida. Este individuo será alemán. De igual manera, si un individuo nace en Bogotá y a partir del año sus padres se mudan a P.R. y crece aquí, entonces este individuo será puertorriqueño. La otra incognita es definir el estatus de hijos de padres puertorriqueños, nacidos o no en la isla, que terminen criándose en otra cultura en otro país. Este sería el caso de los bautizados como "newyorricans". Aunque la mayor parte de ellos se identifican como puertorriqueños, muchos de los que viven en la isla los consideran como extranjeros.

Otro aspecto importante en la definición del puertorriqueño es la edad. El significado varía de acuerdo a la generación que uno pertenece. Y aunque todos los que nos consideramos puertorriqueños poseemos una cultura basada en una historia común, es importante recalcar que P.R. ha cambiado drásticamente, especialmente en los últimos 100 años de historia. Lo que fué ser puertorriqueño para mis abuelos no es necesariamente lo que significa ser puertorriqueño para mí. Por ejemplo, mis 2 abuelos murieron hace unos años y ambos tenían la edad de 97 años al morir. Las experiencias que ellos vivieron como puertorriqueños, especialmente durante los años de infancia, fueron totalmente diferente a las mías. Inclusive, las experiencias que yo viví como niño son diferentes a las que estan viviendo mis sobrinos. Por ejemplo, durante mi niñez siempre participé de las parrandas con amistades y vecinos durante la navidad mayormente en la década de los 70's. Hoy en día mis 4 sobrinos, entre las edades de 9 y 13 años, jamás han experimentado o vivido una parranda navideña, y son tan puertorriqueños como yo pues todos nos criamos en la misma isla. La diferencia es que una tradición como la parranda, que marcó drásticamente mi sentimiento de puertorriqueñidad, es para mis sobrinos un cuento de una tradición que existió en una época pero que a ellos no les tocó practicarla y/o vivirla.