jueves, 15 de octubre de 2009

A Puerto Rico (Regreso)

Este poema es muy parecido al de Ausencia, solo que ahora se dislumbra el regreso a la patria añorada. Lo primero que se contempla al regresar son las características naturales de la isla ya antes mencionadas. Se destacan la bruma del mar, el cielo, las montañas, etc. Cuando el autor describe a San Juan cerrada en su blanco muro, me remonté inmediatamente a la canción “En mi Viejo San Juan”.

Un detalle que me pareció interesante es que el autor nos describe el panorama visual del regreso a la isla de acuerdo a los dos modos de transportación disponibles para regresar a ella. En la primera estrofa, el autor aparenta indicarnos que se está regresando por avión: “que entre nubes de carmín, del horizonte al confín, ya la tierra a ver se alcanza”. En la tercera estrofa, se está regresando por mar: “ya se va diafanizando de la mar la espesa bruma; el buque sigue avanzando, y va la tierra brotando como Venus de la espuma”.

El autor vuelve a recalcar lo importante que es dejar a la isla para poder compararla y extrañarla. Es esta comparación la que provoca esa llama intensa de ese amor romántico por la patria. Ese amor conlleva lágrimas, cantos y alabanzas, besos, inspiración, pensamientos, sentimientos profundos… En la patria siempre queda el alma y el corazón. Me encanta la expresión “la perla de las Antillas”. Es como si suponiera que aunque no sea la más extensa de las antillas en territorio, sin duda alguna es la más valiosa para el puertorriqueño que regresa a su isla.

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